A ntes de cualquier otra cosa, deseo hacer manifiesto que para mí es un grandísimo honor y una responsabilidad no menos grande, emitir un mensaje que exprese en esta ocasión y de la mejor manera posible, el enorme cariño y la admiración que sentimos por el maestro Felipe San José. La responsabilidad se vuelve doblemente grande puesto que no se trata de un mensaje a título personal, sino que intenta dar voz a muchas voces, tantas como alumnos y discípulos ha tenido el maestro a lo largo de más de cincuenta años de labor académica y docente, lo cual, como pueden imaginar, no es poca cosa, y sí es, por el contrario, un trabajo que solamente un loco es capaz de realizar. Desde este honor y esta responsabilidad parto, con mi mejor esfuerzo. Espero no tropezar demasiado, espero que mis cortas palabras alcancen a explicar al menos un poco de lo que para todos nosotros ha significado su presencia en nuestra formación y en nuestra vocación. He dicho que solamente un loco podría haber re...